Los cinco mejores trípodes para lograr la fotografía perfecta
El trípode parece que está pasando a mejor vida desde que los objetivos y las cámaras están estabilizados. Ya se ven muy pocos por las montañas y mucho menos por las calles, pero es el accesorio más importante que debe llevar un fotógrafo para asegurar una fotografía totalmente nítida con el ISO nativo y el diafragma que necesite. Así que vamos a ver los cinco trípodes más recomendables que podemos encontrar en el mercado.
Siempre llevo un trípode en el coche. Y lo saco siempre, no se queda al fondo del maletero si veo que la luz de ese día es realmente buena para mí. Incluso si el sol es radiante lo uso. Es imprescindible para la fotografía por varios motivos. Desde mejorar el encuadre, hasta conseguir la fotografía más nítida que puedas imaginar sin sacrificar el ISO o el diafragma para que entre más luz al sensor.
Es verdad que es pesado, que abulta y que si no lo utilizas, te da la sensación de haber llevado un peso muerto sin necesidad alguna. Pero cuando lo aprovechas, y ves el resultado, se te cambia la cara. Eso sí, no tienes que ser seguidor de Robert Frank, sino sentirte más cercano a Ansel Adams, por ejemplo. O tener tu propio criterio, que es lo mejor.
La primera vez que me di cuenta de que necesitaba un buen trípode en mi vida fue cuando se rompió uno que compré por apenas 1000 ptas (hace mucho tiempo) Era imposible nivelarlo. La segunda vez fue en México cuando me salió un trabajo de arquitectura y me pasé dos días con un trípode prestado que estaba roto… Me pasé tanto tiempo enderezando líneas con Adobe Photoshop que decidí comprar uno ligero para llevarlo siempre.
Consejos para una vida con trípode
Algunas veces mis amigos me llaman el Manfrotto, por la manía que tengo de ir siempre con él a cuestas. Pero es que no vale con llevarlo. Es imprescindible saber cómo usarlo. Y no olvidarse nunca de llevar el disparador, la aplicación en el móvil o contar con la ayuda inestimable del autodisparador. No tiene sentido alguno poner la cámara en el trípode y disparar tocándola.
Otro requisito importante es colocar correctamente las patas. La clave es dejar una justo debajo del objetivo, para que sirva de soporte. Así podemos acercarnos a la cámara sin miedo a tropezar y con espacio suficiente para movernos. Y si se puede, no subir nunca la columna central para lograr la máxima estabilidad.
Un buen consejo, y es útil para evitar a los amigos de lo ajeno, es colocar un peso en la parte inferior de la columna. En este caso lo mejor es la mochila. Así la tienes siempre a la vista y además hace una buena función. Dos pájaros de un tiro.
Para finalizar, no extiendas las patas desplegadas, ajusta más o menos la altura con las tres juntas, y cuando tengas la altura deseada, abres el conjunto. Y recuerda desplegar en primer lugar el tramo más grueso. Todo en aras de la estabilidad.
Y con esto, puedo empezar a recomendar los trípodes más interesantes del mercado, los que más utilizo o los que más me han gustado cuando los he probado o me los han dejado mis alumnos. Una cosa os adelanto, un trípode dura para toda la vida, por lo que es una buena inversión. No recomiendo comprar el más barato que veamos en el supermercado y para distinguir uno bueno de uno malo, solo tenéis que ver si la rótula se puede separar. Si es imposible, hay que mirar otro en la mayoría de los casos.
Manfrotto Kit Trípode 055 XPRO de aluminio
Conviene recordar que el mejor trípode que existe es uno de madera. El problema es que es muy pesado y poco manejable. Un trípode ligero y perfecto no existe, salvo que tengas mucho dinero en el banco, y aun así. Este trípode pesa más de 2,5 kg, pero jamás tendrás una fotografía trepidada si lo tienes.
Este modelo, con el acabado XPro, tiene la ventaja de poder colocar la columna en posición horizontal, lo que abre una abanico de posibilidades para encuadrar justo lo que quieres, no lo que te deje el trípode. Eso sí, es muy pesado para las caminatas, salvo que seas alguien joven y fuerte. Ahora mismo lo tengo para fotografía de estudio. Y puedo decir que es el más completo y estable que he tenido nunca.
Manfrotto Kit Trípode 190X con rótula 804 MkII de aluminio
Es, en principio, más ligero que el modelo anterior. De hecho, es uno de los que más utilizo en el día a día, sobre todo si no me desplazo muy lejos o veo que voy a utilizar teleobjetivos. Pero por la rótula que recomiendo, pesa igual. Considero que las rótulas de tres ejes son mucho más cómodas y precisas para los fotógrafos. Lo único malo es que tienes que estar más fuerte para llevarlo.
Por lo demás, este trípode es perfecto para llevarlo al campo, a la montaña o a la ciudad. Una de sus grandes ventajas es desde luego las palancas de bloqueo de las patas, uno de los puntales de esta marca. Me gustaría recomendar la versión de carbono, pero cuesta bastante más. Si no tienes problema, es la que deberías comprar.
GITZO Traveler Serie 1 de 5 secciones GK1555T-82TQD
Estamos ante el Rolls Royce de los trípodes. Una auténtica maravilla en todos los sentidos, pero con un precio que lo hace inalcanzable a no ser que viajes mucho o seas un fotógrafo profesional y lo puedas amortizar. Gitzo es la marca de referencia. Todo es perfecto en este modelo, incluso los anillos de fijación responden igual que las palancas que tanto me gustan. Además, no dejan pasar el polvo, por lo que el mantenimiento es más sencillo.
Esta serie, la Traveler, es la más ligera de la marca. Permite todos los juegos que podamos imaginar, como bajar la rótula a 20 cm del suelo para lograr la mejor fotografía macro que podamos imaginar sin necesidad de invertir la columna, por poner un ejemplo. Es verdad que lo podemos hacer con otros modelos más económicos. Pero una vez que lo pruebas con este trípode, te gustaría no tener otro.
Vanguard Veo 3GO 204CB
Y como no todos tenemos un gran poder adquisitivo y queremos encontrar algo bueno, bonito y barato, no puedo dejar de recomendar el Vanguard Veo 3GO 204CB, la evolución de un trípode que probé hace mucho y que desde entonces no he dejado de utilizarlo para mis caminatas más largas. Es un diseño que podemos encontrar muy parecido en otras marcas, como Rollei.
Es perfecto para una cámara sin espejo con un objetivo zoom, incluso con un 70-300 mm poco luminoso. Muy cómodo para transportar, puesto que las patas se invierten para esconder entre ellas la rótula de bola, quizás el punto negativo para muchos fotógrafos. No es tan robusto como los anteriores, pero si no tienes un equipo grande es una de las mejores opciones si tu presupuesto es ajustado.
Manfrotto Pixi Negro Versión II
Para finalizar, el trípode más sencillo que podemos encontrar en el mercado. Parece innecesario hasta que lo pruebas y ves que lo necesitas. Cuando quieres grabar para una videoconferencia, o tienes que hacer un bodegón con tu objetivo macro. O simplemente estás en una terraza y no dejan utilizar el grande. Es el perfecto comodín.
De hecho lo llevo siempre en la mochila por si acaso. Es muy ligero y no lo noto. Y siempre puedo encontrar una barandilla o un poste donde es más seguro colocar una cámara. El único consejo que doy es que siempre tengas la correa alrededor del cuello para evitar desgracias. Pero pienso que todos deberíamos llevar uno similar… Imaginaos lo cómodo que es para colocar la cámara en el suelo sin riesgos.
Como siempre, estos son los trípodes que he probado y en esta ocasión, algunos forman parte de mi equipo desde hace mucho tiempo. ¿Cuál es el trípode que tú recomiendas?