Ángel Díaz “Anda”, el fotógrafo de la semana

Como a casi todo en mi vida, me acerqué a una cámara por pura casualidad, hace relativamente poco tiempo mirando por el visor de una vieja olympus familiar de carrete, entendí que no solo está lo que se ve a través de él, lo evidente…que hay más de una capa por descubrir.

Soy autodidacta, todoterreno, no me gustan las modas ni las normas, soy incapaz de elaborar minuciosamente una fotografía, pero me emociona un amanecer en soledad, encuadro con el corazón, no con la cabeza, me gusta la fotografía que me haga vibrar, me da igual el método si la protagonista es la luz, o cuenta una historia personal con pocos elementos…no tengo ni idea de técnica mas allá de lo que significa un obturador, la velocidad y las lineas básicas de la composición, que casi siempre intento romper por rebeldía.

“Muchacha en la ventana” de Salvador Dalí fue el punto de inflexión que giró mi camino fotográfico hacia las playas…esa doble mirada, la de la protagonista al azul, y la del espectador que la mira a su vez, está presente siempre que me asomo de alguna manera, como ella, a ese espacio abierto…la ventana es el visor creativo por el que respiro el mar, nací en Santoña (Cantabria) a escasos cincuenta metros del puerto, por eso “la mar” como decimos alli, es el medio que más me motiva.

Voy saltando del color al blanco y negro según mi estado de ánimo, uno, evoluciona con los años y ahora me seduce mas una paleta de grises que oscurezco a voluntad para fabular mis ideas sin estridencias cromáticas…pero soy un sentimental, también hay momentos en los que me reconcilio con los colores primarios y me siguen enamorando como el primer día.

Me gustan los programas de edición por que puedo transformar la realidad y llevarla a mi terreno, Photoshop me supera…apenas media docena de herramientas de Lightroom me ayudan a la hora de plasmar mi concepto de la soledad del ser humano en esos espacios lúdicos.

Por supuesto, un buen equipo ayuda, pero no transforma mi mirada, como en todo, en estos tiempos hay demasiado merchandising y es difícil no sucumbir a los cantos de sirena de las marcas, pero mis ideas no las puedo comprar, no me queda otra opción que comerme el coco…y hay días, la verdad, que me da mucha pereza.

Un día tuve que idear un seudónimo para concursar…”anda” aglutina mi nombre Ángel Díaz y con el me “muevo” por los escasos medios digitales en los que publico:

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