Cinco objetivos perfectos para hacer un buen retrato
Un buen retrato es inolvidable. Desde los que podemos ver en los museos de pintura hasta los que hacen los grandes maestros de la fotografía. Quién no se acuerda de los ojos de Marilyn Monroe tras la mirada de Richard Avedon o de la niña afgana que inmortalizó Steve McCurry. Es una comunión perfecta entre los dos implicados, y la técnica ayuda, así que vamos a conocer los cinco mejores objetivos para retrato.
Cuando vemos manuales de fotografía dedicados a esta especialidad ponen siempre de ejemplo a un modelo fotografiado a la misma distancia con distintas focales. Y está claro que los angulares deforman el rostro. Pero no podemos olvidar que lo que cambia la perspectiva es precisamente la distancia. Por este motivo podemos aprovechar muchos objetivos para conseguir un trabajo impactante.
Al final lo importante es encontrar un estilo propio que nos permita llamar la atención. No es igual la mirada de Alberto García Alix, cruda y dura; que el tipo de imagen que hizo famoso a Platon con sus tomas angulares extremas.
Cinco objetivos para retrato
En mis retratos juego con distintos objetivos en función de lo que quiero conseguir. Desde luego no es lo mismo hacer un primer plano que integrar al sujeto en el ambiente. Así que voy a recomendar algunos objetivos que podemos encontrar en nuestra tienda favorita y que resultan perfectos para lograr ese retrato que tenemos en la cabeza.
Como siempre, la idea es hablar únicamente de lo que he probado a lo largo de mi vida profesional. Estos cinco objetivos para retrato los he disfrutado por diversos motivos. Algunos incluso forman parte inseparable de mi mochila. Parezco un abuelo cebolleta, pero es que no me gusta recomendar lo que no he probado.
Sigma 105mm F1,4 DG HSM Art
Es un objetivo pesado, grande y voluminoso. Hay que estar en forma para aguantar una sesión completa con él. Pero una vez que lo pruebas no puedes olvidar sus resultados. Una nitidez impresionante, junto con un desenfoque perfecto. El problema es que podemos caer en la moda de tener solo enfocados los ojos y olvidarnos de los diafragmas medios.
Cuando pude trabajar con él en una sesión de fotografía corporativa, decidí que lo mejor sería tenerlo siempre en el trípode, gracias al soporte que viene de serie. El diafragma de 9 palas, junto a su luminosidad, nos ofrece un bokeh (aspecto de las zonas desenfocadas) perfecto. Y al ser una focal larga nos obliga a alejarnos del sujeto y conseguir unas proporciones muy agradables.
Sony 55mm Sonnar T* FE F1,8 ZA
Este objetivo es todo lo contrario al que hemos visto anteriormente. Es pequeño y ligero y suficientemente luminoso. Es perfecto para una cámara sin espejo con sensor de formato completo. De hecho, todos los objetivos deberían ser así, para evitar problemas de cuello y espalda, una de las pesadillas más recurrentes para los que nos dedicamos a esto.
La ventaja que tiene este objetivo es que nos permite estar cerca del sujeto, por lo que la comunicación con él es perfecta, como si estuviéramos en una pura conversación de amigos. Además, el diafragma también tiene 9 palas, por lo que el desenfoque es también muy atractivo si disparamos con un diafragma abierto.
Pero lo que más destacaría de este objetivo es la nitidez extrema que nos ofrece. Lo tengo desde hace poco tiempo y puede que se convierta en mi objetivo de referencia solo por este motivo. Y para los retratos, con el sistema de enfoque al ojo de las cámaras Sony, es poco menos que perfecto.
Tamron SP 90mm F2.8 MACRO 1:1 Di VC USD
Es uno de los objetivos que siempre llevo en mi mochila. Lo utilizo para muchas cosas, no solo para hacer macros. Es una versión antigua, con la montura EF de Canon. Pero gracias al adaptador MC-11 de Sigma es perfecto para mi nuevo equipo. Y por supuesto lo podemos encontrar ahora para más monturas.
Cuando se habla de un objetivo macro, muchos fotógrafos piensan que esa es su única utilidad. Y es verdad que está optimizado para las distancias cortas, pero puede usarse sin problemas para esto que tenemos entre manos. La nitidez y definición que da es digno de mención. De hecho, no he sentido, desde que lo tengo, la necesidad de comprarme otro objetivo para las sesiones de estudio.
Canon 85mm f/1,2L USM
Y aquí llega el objetivo que todo fotógrafo de retrato de bien desea tener. Es una joya en todos los sentidos. Es el referente para muchos fotógrafos. Incluso he llegado a conocer algunos que son fieles a la marca solo por este objetivo. También es verdad que es el culpable de haber creado la moda de tener enfocados solo los ojos.
Su principal baza es su luminosidad extrema y sus 9 palas (como estaréis notando es una referencia para mí esta cuestión). Su problema de nuevo vuelve a ser el peso. Pero si tienes dinero en el bolsillo y quieres invertir en el mejor equipo posible para el retrato, esta debe ser tu primera compra, así de claro.
Nikkor Z 35mm f/1.8 S FX
Y dejo para el final una distancia focal que pocas veces aparece en los manuales de retratos: el 35 mm. Este modelo de Nikon me ha sorprendido bastante. El cambio a la montura Z es un acierto se mire por donde se mire. La boca más ancha permite un mejor reparto de la luz. Este 35 mm no está pensado para el retrato, pero es perfecto para situar al objeto en su entorno.
De hecho, utilizo mucho esta focal para situar a mis modelos. Incluso puedo jugar con el diafragma para el tema de la profundidad de campo. La sensación de tridimensionalidad que se puede conseguir a f1,8 es tremenda y parece que los modelos se salen del plano.
Estos son los cinco objetivos para retrato que recomiendo yo para lograr sacar bien a las personas que quieran ponerse delante de mi cámara. Ojalá todo fuera tan fácil como elegir el objetivo y listo. Pero es una buena forma de comenzar
¿Qué objetivo recomiendas tú?