La inteligencia artificial entra en nuestra vida de fotógrafos

La inteligencia artificial sale en todos los medios día tras día. Está cambiando todo y supone una revolución tal que muchos estamos seguros de que cambiarán muchas cosas. Respecto al tema de la fotografía, los avances son muy llamativos, hasta tal punto que algunos temen que estemos ante su fin. No creo desde luego que sea así. Y como siempre sucede con los nuevos adelantos, se están abriendo nuevas puertas y cerrando otras. Vamos a descubrir lo que nos viene encima.

La fotografía nos roba el alma, solo sirve para reproducir los jeroglíficos, supondrá el fin de las bellas artes… Todas estas cosas se dijeron en los tiempos en los que se presentó la fotografía, a mediados del siglo XIX. Lo que pasó realmente es que cambió la historia, se vivió una crisis creativa y con el paso del tiempo aparecieron Nadar, Margaret Cameron, Eugene Atget y todos los que admiramos ahora.

Es necesario que el tiempo coloque todo donde se merece. Es verdad que todo corre más rápido en la actualidad. Pero no hace falta precipitarse sin pensar. Una revolución necesita tiempo para demostrar si realmente sirvió para algo. Que hayan sacado cámaras más pequeñas no nos ha hecho mejores fotógrafos. Lo realmente significativo ha sido la tecnología que lleva dentro para superar sus carencias. Y esa tecnología es la inteligencia artificial.

La inteligencia artificial en el mundo de la fotografía

La inteligencia artificial hace todo lo que necesitamos solo con pedírselo. En fotografía, solo hay que describir lo que queremos para que nos devuelva un archivo de píxeles que nosotros no hemos hecho. Ya no hace falta estar ahí para conseguir un registro de ese lugar. Está más cerca del matte painting, que de la fotografía, tal como la entendemos ahora. No es real lo que vemos, es fruto de la imaginación.

Tenemos que hablar en primer lugar de la inteligencia artificial dentro de las cámaras. En los móviles nació como una necesidad para superar los problemas que suponían la escasez de espacio y la consiguiente miniaturización de los componentes. Por ejemplo, es imposible hacer una fotografía nocturna con un móvil sin la ayuda de la IA.

Poco a poco van añadiendo este tipo de tecnología a las cámaras sin espejo. Por ahora solo dos marcas han presentado novedades en este campo. La primera, como no, OM System, siempre en la vanguardia de la fotografía. Interviene en procesos como el disparo de alta resolución sin necesidad de trípode; en el Live ND para simular los efectos del filtro de densidad neutra. También trabaja para mejorar el Live composite, al añadir solo las partes más iluminadas de una imagen de larga exposición, y para tener más precisión en el apilado de enfoque y el HDR.

Sony sigue el mismo camino con su A7 RV, en la que la IA interviene para mejorar todo lo relativo al enfoque automático. Como dicen en la publicidad

El procesamiento con IA de última generación usa información detallada sobre formas y posturas humanas para mejorar mucho la precisión del reconocimiento de sujetos y aprovechar al máximo su potencial de resolución. El reconocimiento de sujetos se ha ampliado para incluir más tipos, como vehículos e insectos.

Seguro que en el futuro muchas más marcas y modelos traerán de serie todas las funcionalidades de la IA que hoy en día son la esencia de los teléfonos móviles. Pero hasta entonces tendremos que esperar. Eso sí, sería estupendo que el usuario pudiera decidir si la quiere utilizar o no, porque no queremos que todo se convierta en dar solo un botón para que ellos hagan el resto.

Los programas de edición con IA

Y llegamos a una de las aplicaciones más interesantes de la inteligencia artificial, la edición o revelado de nuestros archivos. Cada vez presentan más funciones ‘inteligentes’ que facilitan el trabajo a los fotógrafos. Desde Luminar Neo a Adobe Photoshop con sus famosos filtros neuronales, pasando por Capture One, el programa que más retrasado se ha quedado en este ámbito.

Y por supuesto tenemos los ya famosos sistemas de inteligencia artificial como Midjourney, Stable Diffusion o DALL-E, para que cualquier usuario pueda generar imágenes a través de los prompts, el conjunto de palabras que generan el contenido en un software de inteligencia artificial.

En el primer caso, partiremos de una fotografía y el programa aplicará cambios sustanciales en la imagen, tal como el cambio de cielos, la mejora de la nitidez y eliminación de manchas en fotografías antiguas. Es una forma perfecta de ir más rápido y conseguir un buen resultado sin esfuerzo. Y la verdad que sorprende cómo queda. Todavía recuerdo las horas que pasaba limpiando fotografías y ahora se hace en un abrir y cerrar de ojos.

Como siempre, recomiendo trabajar en capas nuevas para poder arreglar cualquier posible desaguisado que organice la IA. Por ahora, no hay nada perfecto y una pequeña ayuda manual siempre viene bien para dejarlo todo como nosotros queremos.

El segundo caso, los famosos sistemas de inteligencia artificial, son los que han cambiado todo. Solo tenemos que describir lo que queremos ver y en un momento disfrutaremos de una imagen, más o menos realista (según nuestra descripción y la fuerza de los motores de IA).

De hecho, mientras escribo estas líneas, Tino Soriano ha compartido en su muro de Facebook las primeras imágenes de IA que han ganado un concurso de fotografía. Y el resultado es llamativo. ¿Supondrá el fin de la fotografía como lo entendemos? ¿O tendremos que adaptarnos a los nuevos tiempos?

No soy un adivino, pero el futuro de la IA traerá cambios importantes en la fotografía. Igual que ahora hay fotógrafos que pasan más tiempo delante del ordenador que de la realidad y otros apostamos por contar nuestra realidad solo con la cámara y los ajustes básicos en el programa de revelado; pronto nos encontraremos con creadores que nos llevarán a sitios que nunca han estado con la ayuda de estos sistemas.

De hecho que los creadores de imágenes de inteligencia artificial se parecerán más que nunca a los escritores, porque según hagas la descripción conseguirás un resultado u otro.

No es lo mismo pedir un paisaje nevado que una fotografía de alta resolución donde se vea un lago helado, rodeado de piedras y al fondo una gran montaña puntiaguda como el monte Cervino, con aves rapaces sobrevolando el cielo nublado en el que se adivinan rayos de sol.