Los cinco mejores flashes para iluminar nuestras fotografías
Hacer una fotografía con flash siempre ha parecido difícil, pero en el mundo digital todo es más sencillo, puesto que podemos ver los resultados en el momento. No cambia nada, pero puedes saber al instante si lo estás haciendo bien o necesitas dar un curso para lograrlo. He probado muchos equipos a lo largo de mi vida y tengo claro los cinco flashes que recomendaría a cualquier fotógrafo que quiera empezar a iluminar.
Fotografiar con un flash supone controlar la luz de la imagen tal como la necesitas. Puede ser un complemento de la luz natural o tomar todo el protagonismo de la imagen. Pero al final todo depende de tres cosas: la posición, la distancia y el tamaño aparente de la luz. Y algo fundamental: cómprate siempre el flash más potente que te puedas permitir.
Los complementos del flash
Hay miles de libros, de cursos (algunos muy buenos) y de talleres sobre la fotografía con flash. Recuerdo uno que decía que si no tenías por lo menos tres flashes no podías aspirar a conseguir nada bueno. Era bastante exagerado, aunque depende de lo que necesites conseguir. Personalmente, prefiero un flash de 500 w a tres más pequeños. Siempre he creído en la necesidad de simular la luz natural, y nunca he visto más de un sol en mi vida, salvo en las películas de ‘La guerra de las galaxias’.
Hay que separar el flash de la cámara. Solo así podremos lograr cualquier situación. En los tiempos antiguos, todos utilizábamos un cable de sincronización. Ahora tenemos la suerte de tener los emisores, trigger o como los quieran llamar, que permiten sincronizar el obturador con el flash sin ataduras.
Así que si estáis pensando en comprar un equipo de iluminación, no dejéis de buscar un emisor compatible con vuestra cámara. Sin él, la fotografía con flash carece de sentido. Afortunadamente, han bajado mucho de precio y algunos son realmente baratos.
Otra cosa que tenemos que buscar es un soporte para sujetarlo, ya que lo vamos a separar del cuerpo de la cámara. Los trípodes para flash no son caros y si buscamos uno metálico con una buena rótula, será nuestro compañero durante muchos años.
Y para terminar, cómprate la ventana de luz más grande que puedas. El tamaño aparente de la luz va a hacer que tus fotografías tengan una luz única. Pocas veces conseguirás una luz agradable si disparas con el flash desnudo. Un paraguas, o mejor aún una ventana, difundirá la luz evitando las sombras duras y una calidad de luz inigualable. Yo siempre llevo este modelo de Godox encima cuando trabajo con un flash tipo cobra.
Los cinco mejores flashes para trabajar
No vamos a hablar más de técnica en este artículo. Es el momento de recomendar los modelos más interesantes que podemos comprar para conseguir buenas fotografías y no tener que comprar uno nuevo cada año si vemos que nuestra técnica mejora. El secreto es comprar el que cubra nuestras necesidades durante más tiempo.
Un aficionado no necesita el mismo equipo que un profesional. Más que nada por una cuestión económica. Pero si ves que vas a utilizarlos mucho, piensas que los puedes amortizar o has heredado una gran fortuna, no dudes en comprar uno realmente bueno. Aquí sí que se nota la diferencia. Pero no en la calidad de luz (que también) sino en la fiabilidad de la temperatura del color y la estabilidad de los disparos.
Godox V1 TTL HSS
Es un flash perfecto de batalla para aquellos fotógrafos que no quieran utilizarlo todos los días. Tiene 76 w, un poco justo de potencia, pero el secreto es subir la sensibilidad ISO de la cámara para duplicarla. Siempre lo llevo en la mochila cuando sé que el trabajo no va a ser muy exigente o no quiero sufrir porque piense que se me puede romper.
Tiene todas las posibilidades que un fotógrafo puede necesitar, desde el modo TTL a la sincronización a alta velocidad, tan importante cuando queremos disparar a la luz del día. Eso sí, con este flash recomiendo trabajar siempre en Manual para evitar problemas.
Godox AD200 Pro TTL
Seguimos con la misma marca, pero con uno de los modelos más versátiles que podemos comprar. Tiene tantos accesorios que parece que tenemos varios equipos en uno. Después de probarlo, es uno de los candidatos que tengo para convertirse en mi próximo flash de batalla. Parece un flash de estudio, pero gracias a los distintos cabezales puede funcionar como un flash para bodas.
Tiene un diseño espartano, con forma de paralelepípedo, y un cabezal rectangular que puede cambiarse para convertirlo en lo que necesitemos en cada momento. Tiene 200w de potencia, más del doble que el anterior, y promete una estabilidad de color mejorada. Ofrece hasta nueve pasos de potencia cuando trabajas en Manual, lo que permite un control muy fino de la iluminación.
Elinchrom D-Lite RX 4
Los primeros flashes de estudio que tuve fueron Elichrom. Los tengo desde hace más de 15 años. Y nunca me han fallado. De hecho, este modelo de entrada es la evolución de aquellos tanques de 500w que tantas alegrías me han dado. Ahora suenan menos, pero si quieres algo fiable a buen precio, tenlos en cuenta.
El problema de estos flashes es que no tienen batería, y funcionan conectados a la red o con un generador. Por este motivo solo son útiles en el estudio. Pero por su precio es una opción excelente si no tienes pensado salir al campo a iluminar. Estamos hablando de un equipo de 400w, duro como una piedra y en los que puedes cambiar, con sumo cuidado, desde la bombilla hasta el fusible sin necesidad de llevarlo al servicio técnico. Y os aseguro que esto es algo que no tiene precio.
Profoto A10 AIR TTL
Cuando hablamos de flashes hoy en día, no queda más remedio que hablar de Profoto. Podríamos decir que son los flashes perfectos, un equipo que permite un resultado óptimo del primer al último disparo. El único gran problema es que son caros, muy caros. Pero después de probarlos varias veces, no dejo de recomendarlos.
Este modelo es la evolución del A1, que podemos encontrar todavía. Tiene el cabezal redondo que otras marcas han seguido. Realmente es un sello distintivo, porque cuando le pones un difusor da igual la forma. Es el único flash, junto con los de la marca Westcott, que tiene una fiabilidad del 100% en lo que respecta a la medición TTL. Y la respuesta del color es asombrosa.
Profoto A2
Si los 76w del modelo anterior se te quedan justos y quieres un poco más por menos precio, siempre puedes mirar este modelo de 100w. El diseño redondo, con forma de objetivo, es muy cómodo de transportar en la mochila. Comparte todas las características de los flashes de la marca y su seña de identidad es el pequeño tamaño.
Puedes hacer hasta 400 disparos con una sola carga (como casi todos los flashes que hemos visto) y solo necesitas un difusor adecuado para lograr el resultado que buscas. Este equipo, con una cámara que permita disparar a 400 ISO sin ruido, es uno de los más completos y viajeros que puedas tener.
Y solo tiene un problema, el precio. Pero es una inversión segura si necesitas fiabilidad día tras día. No es un flash solo de fin de semana.
Y tú, ¿con qué flash te quedas?