Los mejores objetivos que podemos llevar en nuestra mochila
Elegir un objetivo para nuestra cámara es una pesadilla. A veces nos dejamos arrastrar por las modas y puede que nos perdamos con los mil consejos que llegamos a leer. Vamos a intentar solucionar esta cuestión para que cuando vayas a una tienda no tengas más dudas.
Hay muchos tipos de objetivos para nuestras cámaras fotográficas, desde angulares a teleobjetivos. Y por supuesto también los zoom, que nos permiten tener varias distancias focales en un solo objetivo. Tenemos unos que son más luminosos que otros y lo más terrible, algunos son excesivamente caros.
Así que muchas veces no sabemos cuál comprar, consultamos mil páginas, preguntamos a nuestros compañeros y compañeras. Y seguimos con las dudas. No es fácil decidirse por uno u otro, así que vamos a proponeros una pequeña guía de compra para dar con el objetivo que realmente necesitamos.
¿Qué es un objetivo?
Un objetivo es un conjunto de lentes que, en función de su disposición, forma y distancia focal, registran en la superficie sensible una parte de la realidad hacia la que hemos dirigido la cámara. Esa información es un registro de la realidad que solo puede variar en función de la distancia a la que estemos del sujeto.
Un objetivo nunca distorsiona la realidad, jamás separa o une los diferentes planos. Aunque sería genial, no es capaz de alterar las leyes de la física. Lo podemos definir por su distancia focal, y es aquí donde nos entran las dudas. ¿Necesito un angular o un tele? ¿Por qué pone 50 mm y me dicen que con mi Olympus es un 100 mm?
La distancia focal se puede explicar de muchas formas. Simplificando, es la distancia desde el punto donde los rayos de luz cambian de dirección, se cruzan y se dirigen hasta el sensor. Esto determina el ángulo de visión, cuanto más corta sea la distancia focal, mayor será la amplitud que podremos capturar, mientras que cuanto mayor sea la distancia focal, menor será el ángulo de visión.
Por este motivo, un 14 mm es un angular y un 600 mm es un teleobjetivo. Solo mide una distancia y determina un ángulo de visión, cuánto más grande, menor ángulo de visión sobre el sensor.
Tradicionalmente, se calcula con un sensor de formato completo que mide 24×36 mm. Si tenemos una cámara con un sensor más pequeño, sufriremos un recorte del ángulo de visión, y por eso tenemos que multiplicar por 1,5 o 1,6 o 2 en función del sensor que tengamos. Así, un 14 mm se convierte en un 28 mm con una cámara Micro Cuatro Tercios y un 100 mm en un 200 mm. Es un pequeño problema si queremos captar un ángulo mayor pero ideal si queremos disfrutar de un teleobjetivo.
Los mejores objetivos para nuestras fotografías
Aquí entramos en un terreno trillado y muy pantanoso, pues solemos caer en lugares comunes que se repiten una y otra vez sin cesar. Los teleobjetivos solo para deportes o animales salvajes. El angular para los paisajes, o el 35 mm para reportaje social… Al final parece que estamos abocados a hacer todos lo mismo.
En el mundo de la fotografía debería primar ante todo la creatividad, pero tendemos a imponer unas normas que no tenemos que seguir obligatoriamente. Así que vamos a ver cómo podemos elegir realmente el objetivo que necesitamos.
El mejor truco que existe para saber qué objetivo necesitamos
Tenemos que reunir nuestras mejores fotografías, las que más nos gustan y verlas todas juntas. Podemos hacerlo con Adobe Lightroom o Capture One y sus sistemas de clasificación por estrellas. Así podremos fijarnos, de un vistazo, y ayudados por los metadatos, qué distancias focales son las que más usamos.
Si predominan las que hacemos con angulares, puede que necesitemos uno más abierto. Si la gran mayoría están hechas con la distancia focal más larga de nuestro zoom, seguro que necesitamos un teleobjetivo.
Si disparamos mucho con el diafragma más abierto que tenemos, seguro que nos irá mejor con uno más luminoso. Es una forma muy sencilla de saber qué objetivo necesitamos. Es una buena guía para resolver nuestras dudas. Os puedo asegurar que no hay nada más claro para saber el objetivo que realmente tenemos que comprar.
Algunas recomendaciones de objetivos
He tenido la oportunidad de probar muchos objetivos a lo largo de mi vida profesional. Ninguna te va a permitir ser mejor fotógrafo que otro, pero sí te va a dar la calidad técnica que necesitas. Y no todos necesitamos los mismos. Si el destino van a ser las redes sociales, no sacarás provecho de los objetivos más punteros. Sin embargo, si vas a hacer ampliaciones o recortes importantes, es fundamental apostar por los mejores.
Dentro del mundo de los angulares más extremos, los que se suelen recomendar para los paisajes, no dudaría en recomendar el Sony FE 14mm F1.8 GM. Si nos sentimos más cómodos con un zoom el Sigma 14‑24mm F2.8 DG HSM Art, porque la calidad óptica que ofrecen está fuera de toda duda.
Si queremos apostar por distancias focales normales, yo lo tengo claro, el Sonnar T* FE 35 mm F2,8 ZA es una auténtica maravilla y destaca por su ligereza, perfecto para llevarlo siempre encima. Y por supuesto, cualquier 50 mm f1,8 que encontremos para nuestra cámara, como el Canon RF 50mm F1.8 STM. Es la prueba perfecta de un diseño perfecto y amortizado, por eso cuestan tan poco.
Si nos vamos al mundo de los teleobjetivos, no puedo dejar de recomendar el objetivo que hemos probado recientemente, el SIGMA 60-600mm F4.5-6.3 DG DN OS | Sport. Pocos teleobjetivos pueden ofrecer tanta calidad y prestaciones por semejante precio. Y una buena opción, si no necesitamos tanta distancia focal, es un buen 70-200 f4, como el NIKKOR 70-200mm f/4G ED VR.
Y si os interesa mi experiencia, yo antes era un fotógrafo ‘por si acaso’, y llevaba todo mi arsenal en la mochila. Terminaba agotado y solo usaba el que estaba puesto cuando me hartaba. Ahora solo viajo con el 35 mm que he mencionado; y si el viaje es importante, añado un 50 mm y un 90 mm. Es maravilloso viajar ligero y usar los zapatos, el mejor accesorio para un fotógrafo que necesita acercarse o alejarse de las cosas.
Olvidarse de las modas fotográficas
Ahora todo el mundo quiere un 14 mm para la fotografía de paisaje, un 85 mm para los retratos y un teleobjetivo para la luna. Y es una elección perfecta. Pero nos estamos limitando a la hora de crear. Es lógico que queramos conseguir lo mismo que nuestros referentes. Pero podemos olvidarnos de las normas, como he comentado unas líneas más arriba.
Ahora mismo se me ocurren varios ejemplos. Los retratos no tenemos que hacerlos siempre con un 85 mm, ni siquiera con un 50 mm. No podemos olvidar que el gran Bill Brandt hizo unos desnudos espectaculares con un angular. Se deformaban los cuerpos y con la ayuda del contraste consiguió imágenes impactantes.
El paisaje es siempre el mismo con un 14 mm, una profundidad de campo asombrosa y un detalle único. Pero si miramos el trabajo de Franco Fontana, uno de los mejores fotógrafos italianos, nos quedamos sin habla al contemplar esos paisajes realizados con un teleobjetivo, lo que convierte al campo en figuras geométricas.
O como olvidar el trabajo que hizo Francis Tsang en el mundo del ciclismo, acercándose lo máximo posible al ciclista con su angular… Podría seguir con más referentes para demostrar que no tenemos que seguir necesariamente las modas. Al final todo consiste en experimentar y probar hasta encontrar nuestro lenguaje propio. Y el objetivo de nuestros sueños aparecerá solo.