El reflector es una de las herramientas más interesantes de las que dispone un fotógrafo. Los hay de varios tamaños, siendo los más grandes lo que reflejan mayor cantidad de luz (aunque son más incómodos de manejar, sobre todo en días de viento). Tanto los pequeños como los grandes son fácilmente transportables una vez plegados y metidos en su funda.

Si eres fotógrafo social como yo, o tienes pensado serlo, puedes seguir leyendo el siguiente párrafo… Si no, puedes saltártelo, aunque seguro que te va a interesar también. En general, los fotógrafos de reportajes sociales los solemos usar para aclarar sombras que se producen sobre todo en la cara del sujeto cuando hacemos el reportaje a los novios en exteriores.

¿Por qué para bodas es tan necesario? Por algo tan sencillo como que los horarios de las bodas no suelen ser los mejores. Se basan en una programación, en muchos casos, de una “wedding planner” del restaurante, siendo horarios cómodos para el inicio del cóctel y del banquete. No es una crítica a las “wedding planner” de “verdad”, simplemente es que esta figura puesta por el restaurante para ganar ventas debería tener una labor muy amplia en las bodas, que comienza meses antes del día de la ceremonia, y que coordina todos los servicios y a todos los profesionales que hacen posible que la boda sea el día más bonito de los novios.

Por tanto, el servicio “gratuito” que reciben los novios, no es tal, sólo es una persona que pone los horarios del cóctel y del banquete (y de la ceremonia, si ésta se hace en el restaurante). Si la ceremonia es religiosa, el cura marca los horarios de su parte, normalmente sin contar con los del restaurante. Y entre medias… está el fotógrafo. Es algo que no podemos cambiar porque no está en nuestras manos, pero podemos buscar soluciones.

¿Por qué hago esta reflexión?

Porque a los fotógrafos nos toca hacer las fotos a las horas más complicadas del día, cuando más calor hace y con una luz cenital nada favorecedora. El reflector es imprescindible cuando va más de un fotógrafo (o un ayudante), que lo sujete mientras el otro toma las fotos. Otra solución es buscar zonas en sombra, pero no siempre es posible.

Un reflector también puede ser una pared blanca, muy útil en ocasiones, o un muro vegetal, pero en este caso reflejando no luz sino una dominante verdosa nada favorecedora. Cuidado con esto, que a veces lo percibimos más en el ordenador que en el momento de realizar la foto.

Los reflectores 5 en 1 que podemos encontrar en las tiendas tienen las siguientes superficies:

• Superficie plateada: Es la superficie que más luz refleja (junto con la dorada), manteniendo el mismo tono que el resto de la escena. Cuidado, que a veces reflejamos demasiada luz y molesta en los ojos al sujeto que estamos fotografiando.
• Superficie dorada: Da un tono cálido. Altera la temperatura de color de la parte que recibe la luz.
• Superficie blanca: No altera el tono (en eso es parecido a la superficie plateada pero refleja menos luz).
• Superficie negra: No refleja, sino que absorbe luz.
• Difusor: Esta superficie tampoco refleja, sino que tamiza la luz.

Es un accesorio que no puede faltar en el equipo de un fotógrafo. Y por poco más de 10 € los tienes en tiendas como Amazon. Por eso el precio no es excusa.

Consejo extra: Sitúa el reflector desde arriba hacia abajo, y no desde abajo hacia arriba, conseguirás un efecto más natural.