Tras una sesión al atardecer en la playa Merón (San vicente de la Barquera) , cuando ya recogíamos los trastos para ir a cenar, vi por el rabillo del ojo caer un tenue rayo sobre San Vicente, comenzaban a caer gotas y aparecieron sobre nuestras cabezas unos grandes nubarrones que lo cubrieron todo.
En pantalón corto, sin paraguas, ni donde guarecernos… pero aquellos rayos lejanos se iban acercando y no podía perder la oportunidad ,me temblaban las piernas de la emoción, volví a montar el equipo y lo tapé como pude con una gamuza que uso para limpiar las salpicaduras de los filtros .